Mandalas


"Somos un circulo, dentro de un circulo, sin principio ni final"




Mandala (sanscrito), círculo. El término tiene su origen en culturas orientales, lo aplicamos a todas las figuras organizados alrededor de un punto central e inscriptas dentro de un perímetro definido (un dibujo centrado, concéntrico).


Se trata de una puerta de entrada hacia la interioridad y la conciencia de sí mismo.

Esta representación organizada alrededor de un centro ha sido utilizada desde tiempos inmemoriales en todas las culturas, ya sea en artesanía, en utensilios domésticos, bronces, anillos, en el arte, tapices, vitrales o rosetones de las catedrales, en la arquitectura árabe-andaluza; en el Tíbet y la India como soporte de la atención para explorar ciertos espacios interiores en sus prácticas yóguicas. La rueda búdica es un mandala, así como los chakras hindúes, la rueda de la medicina de los amerindios, el calendario azteca, el zodíaco occidental y el chino.


Mandala de Kalachakra

Esta actividad es ante todo un placer. Organizar armoniosamente los colores alrededor del centro, sumergirse en un ambiente coloreado, con la protección del cerco que marca concretamente los límites de esta creación, proporciona una sensación de bienestar. Progresivamente el practicante realiza una experiencia de tranquilidad interior acompañada de una concentración tangible y de un estado de relajación.


Como los mandalas representan la totalidad de nuestro ser, cada persona responde instintivamente, más allá de su edad, género, raza y cultura.

Mandala-Fractal: El mandala es una herramienta concreta que permite hablar de uno mismo no verbalmente, y por lo tanto, descargarse de ciertos pesos molestos. Su eficacia parece provenir de la función terapéutica de los colores así como de la estructura misma del círculo. En tanto que se trata de una imagen organizada alrededor de un centro es el reflejo de las leyes de la organización de la vida (célula, colmena, hormiguero) de la materia (átomo), del cosmos (sistema solar, galaxias).


La organización alrededor del centro, típica del mandala, la convierte en una actividad de recentramiento. Como el centro de la rueda no se mueve, representa la imagen del silencio, de la serenidad, de la continuidad y de la presencia en sí mismo, sin los que ninguna reflexión, aprendizaje, análisis o proyecto son posibles.


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