Teonanácatl, Las veladas Mazatecas



Lo primero que se comía durante la fiesta eran unos honguillos negros a los que llaman nanacatl, que tienen la virtud de embriagar, de dar alucinaciones y aun de mover a la lujuria. Los comen antes de hacerse de día, y comían también cacao antes de salir la aurora. Comían los honguillos con miel, y cuando por su influjo se sentían enardecidos, se ponían a bailar. Algunos cantaban, otros lloraban porque estaban ebrios. Los había que estaban sin voz; se sentaban como absortos, en la pieza en que se reunían. Unos creían morir y lloraban en su alucinación; otros se veían comidos por una fiera; otros se figuraban que hacían preso a un enemigo en la pelea; éste que sería rico; aquél que tendría muchos esclavos... Pasada la embriaguez platicaban entre sí de sus alucinaciones.
Historia de los Indios de la Nueva España, Fray Toribio de Benavente (Motolinea), antigua ceremonia con teonanácatl

Jonathan Ott cita en su Pharmacoteon que el famoso Tezozómoc describió en 1598 la ingestión de hongos sagrados durante la coronación del emperador azteca Moctezuma en II en 1502. "...les dieron de comer a los extranjeros hongos de montaña, con ellos se embriagaron y así entraron a la danza..."

Hasta la fecha se han descubierto más de 200 figuras con forma de hongo en Mesoamérica. La más vieja data del primer milenio a.C. Algunas fuentes antiguas sugieren que la lengua maya usaba nombres de hongos para el inframundo.

La prohibición cristiana del teonanácatl inició en 1656. De esa época data la siguiente descripción del culto por parte de un clérigo del Santo Oficio:

Para recogerlos, los sacerdotes y viejos, distinguidos como ministros para este engaño, van a las colinas y pasan casi toda la noche dando sermones y rezando supersticiosamente. Al amanecer, cuando empieza a soplar cierta brisa que ellos conocen, salen en su búsqueda, atribuyéndoles divinidad. Cuando se comen o beben, causan intoxicación, privan de sus sentidos a aquellos que los ingieren y les hacen creer mil absurdos.
Las ceremonias de teonanácatl que tradicionalmente se han venido realizando en algunos poblados de Oaxaca, principalmente en Huahutla de Jiménez, son sesiones que duran toda la noche y que pueden comprender un ritual curativo. Los mazatecos les llaman "veladas" y las efectúan bajo la guía de chamanes o curanderos que cantan durante varias horas mientras aplauden o emiten percusiones al golpear sus manos rítmicamente contra los muslos. Para participar en la velada es necesario estar limpio, esto significa abstenerse de beber alcohol y de tener relaciones sexuales por lo menos cuatro días antes y cuatro días después de la velada. Se cree que los hongos sagrados infligen severos castigos a quienes transgreden esta norma. Las veladas se realizan preferentemente en ayunas, frente a un altar con imágenes de santos iluminados con veladoras. Se quema copal y se entonan diversos cantos y plegarias tendientes a procurar el restablecimiento del enfermo.

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